sábado, 22 de mayo de 2010

El chapatti asesino

"los hombres vulgares han inventado la vida en sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos." Artur Schonpenhauer

La cuerda rasgó el aire con un silbido seco y sordo. Cristales de hielo saltaron por el cielo en ese momemto en el que el tiempo parece detenerse. Después comprobé en mis carnes que el jodido Newton tenía bastante razón, y que un cuerpo que cae al vacío acelera como ya le gustaría hacerlo al Ferrari de Schumacher. Y si ese vacío encuentra situado en la vertiginosa cara norte del K2, entonces la negra parca parece tener ganada la partida. Sin duda, yo debí morir el 18 de julio de 1.994 en aquella montaña.

Me gustaría saber quien es el gañan que dijo eso de que, mientras caes, toda tu vida desfila por tu cabeza en solo unos instantes. Ni puñetera idea. Lo único que yo recuerdo pensar es, después del primer golpe, que a la siguiente "lo voy a ver todo negro"... y no fue negro sino rojo lo que ví cuando la caída se detuvo por fín, el color de la sangre que manaba de mi cuerpo por diferentes agujeros, algunos viejos y otros recién hechos. Varios médicos coincidieron después en que me había roto un brazo, varias costillas y la cresta sacroilíaca, como puede doler tanto algo que no sé lo que es. Además tenía un hermoso tecer agujero en la nariz.

El vuelo se detuvo gracias a la propia cuerda rota, enganchada simultáneamente a mi pierna y a un saliente rocoso. La mochila se llevó todos los golpes y me salvó el pellejo. La situación era al menos complicada, 2.500 metros por encima del glaciar, solo y malherido. Yo me asfixiaba, inmóvil bajo el peso del macuto, del cual no conseguía librarme a pesar de mis esfuerzos. A mi favor jugaba sin embargo un factor importante, además de mis ganas de luchar para vivir, mis compañeros de expedición eran excepcionales, ya entonces leyendas vivas del Himalaya. Trabajábamos filmando para "al filo de lo imposible" y habíamos salido tarde hacia el campo 3, debido al tiempo dudoso. Después de filmar algunos planos me adelanté, sabiendo que venían por detrás compañaeros excepcionales como Juanjo Sansebastián, Atxo Apellániz y Ramón Portilla. A Atxo le quedaban entonces 23 días de vida, pero yo nunca le olvidaré, cómo no acordarme de su generosidad, simpatía y sencillez. También venía por detrás un inglés, de nombre Alan Hinkes, miembro de otra expedición ya retirada, que subía aprovechando nuestras huellas, tiendas, cuerdas y comida sin pedir ningún tipo de permiso. Alan es uno de esos tipejos que colecciona "ochomiles" para tacharlos de una lista, uno tras otro, con muchos sponsors y fanfarre mediática alrededor, sin importar mucho ni cómo ni donde ni a quién se deja por el camino.

Dicen que hay que estar preparado para lo peor, y lo peor llegó a mi lado a la vez que Alan. Desde el suelo, roto y ensangrentado, imploré su ayuda. El sólo pudo decir "¡fuck!" (joder), agarró su cámara de video y comenzó a filmar mi agonía. Minutos después llegó Juanjo y le dije : "Hala majo, filmame un poco, no vaya a ser que este cabrón de inglés tenga imágenes de la "sangría" y los de Madrid no". Luego le pidieron a Alan ayuda para mi rescate, pero él dijo que no, que esto era el K2, que hacía bueno y que él se iba para arriba. Y se fue, mientras los demás ayudaban en un rescate que duró 17 horas.

Lo leí en una revista, unos años después. Alan Hinkes se encontraba en el campo base del Nanga Parbat, un bello paraje poblado de hierba y flores. Estaba el hombre comiéndose un "chapatti", una de esas suculentas tortas de harina que los pakistanos cocinan como nadie. El caso es que un poco de esa polvorienta harina se introdujo en la napia de Alan, provocandole un estornudo de campeonato. Las consecuencias fueron terribles: un disco cervical a tomar por culo, evacuación en helicoptero, repatriación, hospital, cirugía y varios años sin aparecer por el Himalaya, para descanso de los habitantes del lugar.

¿No estrán ustedes pensando que me partí de risa al enterarme? Noooo, que mala idea. Como mucho esbocé una leve sonrisa, al comprender mejor las leyes del Karma.


Iñaki Ochoa de Olza
Descansa en el Annapurna desde el 23 de mayo del 2.008

1 comentario:

  1. Ma entrao hambre

    http://es.wikipedia.org/wiki/Chapati

    http://www.videojug.com/film/how-to-make-chapatti-paratha

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