sábado, 24 de septiembre de 2011

Oh la la

Estar temporalmente desplazado por los terremotos del pasado 11 de mayo, sin scaner en el queescanear mapas, con un internet de la edad de piedra y sin un ordenador que tarde menos de cinco minutos en arrancar, hace que tenga demasiado tiempo para pensar en tonterías, y en esas estaba cuando me ha venido a la cabeza un rápido cálculo mental que explica de manera clara por que cada mes de agosto la clasificación pone a cada uno en su sitio:

Cada año corremos unas 20 pruebas de liga regional, más otras 15 de liga nacional. Si en cada carrera tenemos una media de 20 controles, obtenemos que hacemos unos 700 controles de media por año (el cálculo es aproximado y además soy de letras).

Estos 700 controles están un poco lejos de los 20.000 controles anuales que se hace un tal Thierry Gueorgiou, o los 10.000 anuales que afirman algunas selecciones todopoderosas que hacen sus juniors, lo que explica que tarden lo mismo que yo en hacer una carrera de 15 km con 700 metros de desnivel mientras que en mi leyenda no paso de los 7 km y 300 metros...

Sin embargo, la velocidad no está reñida con el disfrute, es más, creo que pocos de los que me ganaron en el O-Festival disfrutaron como yo en el control más espectacular que he picado en mi carrera DesOrientada.

Situado en la mismísima Croix du Nivolet, las vistas sobre todo el valle y el lago de Annecy eran espectaculares. Si encima le añadimos que estamos en el mapa de la final de la larga distancia del WOC, con un bosque espectacular, las palabras se quedan cortas para explicar las magníficas sensaciones que disfrutamos esa mañana.


Sin duda mis dos mejores carreras de las 6 disputadas en Francia coincidieron con los mapas de las finales, no
se si fue la revisión de la IOF, la motivación de correr
donde lo habían hecho los Pros o, simplemente, que no me quedaba mucho margen para hacerlo peor jeje