lunes, 26 de diciembre de 2011

Magic Line

"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. 
Atacar naves en llamas más allá de Orión. 
He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. 
Es hora de morir."

Si unos visionarios del alpinismo encontraron la magic line al K2 (puntos rojos), cuando todos los que se aventuraban a intentar el Chogori, lo hacían por el nada fácil espolón de los abruzzos (puntos azules)


Nosotros hemos pasado de la subida por la conocida "senda del loco" y hemos descubierto, gracias a Murcia Yoryú, nuestra particular Magic Line a la Peña Rubia. Mágica porque las rampas del 57% hacen trabajar de lo lindo a nuestros gemelos, y, Mágica porque el ácido láctico rebosa hasta desparramarse por todos nuestros músculos. Un verdadero éxito la 1ª edición de la tradicional subida de Nochebuena a la Peña Rubia


Feliz Navidad orientadora, montañera, bicicletera, polvoronera, trasnochera... Aquí os dejo el entreno de Navidad de Gustav Bergman's, cortesía de World of O:

domingo, 11 de diciembre de 2011

Cuánto de viejo eres??

La inoportuna lluvia de primera hora de la mañana nos deja este domingo compuestos y con las bicis en el trastero. Pero puestos a ordenar las cajas acumuladas post-terremotos, me he encontrado con estas pequeñas joyas:

Mis primeras licencias, no federativas aún, pues la actual FEDO era la AECO (Agrupación Española de Clubes de Orientación) de las temporadas 96-97 y 97-98, en la categoría de H-16, y mi carnet de socio nº 80 del Club Lorca-O.

Indagando por esto de internet, he dado con las clasificaciones de aquellos años en los que se corría con tarjeta de cartón, los parciales sólo los comprobaban los "pros" que llevaban pulsómetros con memoria para varios laps, al campeón de la liga se le entregaba un traje de corredor con la inscripción de CAMPEÓN, yo "corría" con botas de montaña y chandal de algodón, con la brújula colgando del cuello y lo de correr y/o entrenar entre semana era una ilusión en nuestra mente.



Como nos ha pasado a la mayoría de los orientadores que conozco, el salto a la categoría H18, unido a las primeras salidas nocturnas, dan como resultado que a la tercera carrera que haces sin recogerte, que tienes que parar el coche un par de veces para vomitar, y en la que te ves el último de todos y con la cara más pálida que Andrés Iniesta, hace te olvides por una temporada de la orientación.

Pero todo lo malo termina, las hormonas se relajan y tras los primeros años universitarios el gen de la orientación se vuelve a desperar, y fue en el año 2.003 cuando me reenganché a este maravilloso deporte.


Desde entonces, los compañeros, el sportident, el garmin, la brújula de dedo, los blogs de orientación, los viajes a la liga nacional y al WOC, no han hecho sino que la pasión por la orientación aumente hasta convertirse en una de mis ways of life.

jueves, 8 de diciembre de 2011

El no va más!

El despertador suena a las 7:15.

A las 8:15 ya tienes el pulsómetro puesto y el GPS ha localizado los satélites, puedes empezar, pero a esta hora durante la semana todavía estás durmiendo. El organismo está desperezándose y la primera subida hace saltar a los cereales del desayuno.

La llegada al collado es una bendición, estás entero y "sólo" queda llanear y bajar.

Sendas húmedas, verdes, vírgenes.

Sendas ideales para flotar por sus piedras, saltar sobre las raíces y las ramas del suelo.

Sendas que hacen que merezca la pena el madrugón y el esfuerzo.

Sendas que dentro de poco pasarán a mejor vida si siguen permitiendo a los "endureros" que suban y bajen, y que vuelvan a subir y bajar, sin importarles que la erosión acabe con ellas.

Endureros que tienen un circuito a quinientos metros pero que prefieren destruir el monte, molestar a los andarines e insultar a los corredores.

Un paraje increíble a menos de cinco minutos, andando, del centro de la ciudad, una montaña que si no la tuviésemos iríamos a buscarla.

Una ruta espectacular obra de Murcia Yoryú: 15,8 km; 1:40:57; 6,22 m/km; 841 metros de ascenso. La vuelta completa que ansiábamos completar y que ya hemos finalizado.