No sin mi brújula

Se despedía la Liga de los Champiñones con una carrera en Totana que prometía bastante tanto por el mapa (uno de mis preferidos) como por el trazador... Y encima con el reto de terminar la carrera sin usar la brújula.

El terreno húmedo pero no embarrado y una temperatura que superaba los 11º hacían que las condiciones fuesen prácticamente perfectas para disfrutar en el monte. Salgo bastante concentrado y un poco lento ante el temor de cometer un gran error por no llevar la brújula, voy llegando a los controles bastante bien y voy cogiendo confianza y aumentando la velocidad de carrera, sin embargo mientras iba para el control 5 aparezco en el 10, menos mal que estaba en una cueva y me doy cuenta rápido de que iba verdaderamente DesOrientadO.

Despues de dos controles bastante técnicos de camino al 8 busco el agua para atacar la baliza, salgo al camino y no hay rastro del avituallamiento (pienso que se han bebido todas las botellas, aunque deberían quedar las cintas), así que subo un poco por el camino pero tampoco veo nada, he salido tarde y ya no hay corredores cerca, empiezo a pensar que al no llevar la brújula he debido salir en dirección contraria y como si fuese un bombero rompiendo el cristal para empalmar la manguera, abro el bolsillo de mis mallas y saco mi querida Silva. Me doy cuenta de que he ido bien y que ha tenido que ser un descuido de la organización, pero para estar más seguro bajo hasta el cruce para saber exactamente donde me encuentro (a partir de ahora la brújula siempre en el dedo y no en el culo jeje)
He perdido unos 3' entre las dudas y tener que bajar hasta el cruce, pero aprovecho para beber agua y recupero fuerzas para la parte final de la carrera, marcando los mejores parciales en los controles 12, 13 y 14. Al final termino segundo a menos de un minuto de un totanero enrachado, habiendo hecho 5,3 km a 7:33 m/km, con unas pulsaciones medias de 180 y un desnivel según el Garmin de 245 metros.